El 'Día D'

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El 'Día D'
- 10/12/13
Después de asistir en los últimos años a muchísimos actos que siempre comenzaban con una cita histórica de José María del Nido, no se me ocurría mejor título para escribir una opinión sobre su último día como presidente del Sevilla que ´El Día D´: el Día de la Dimisión de Del Nido. Un día en el que "el segundo hombre más importante del mundo, sólo por detrás del Papa" se sintió como cada uno de los paracaidistas de Normandía. Es decir, un blanco perfecto.


No soy quién para juzgarle. Quienes debían hacerlo, la Audiencia de Málaga y el Supremo, consideran que se enriqueció con dinero público. Así pues, no siento lástima por el abogado sevillano. Más bien lo contrario. Genera paz interior ver que ´quien la hace la paga´. Y por eso, porque la va a pagar, no soy partidario de hacer leña de un árbol caído, por mucho que mi conciencia se sitúe más cerca de quienes protestaban fuera, que de aquellos que le aplaudían dentro.


No obstante, alegrarse de que alguien a quien los jueces consideran un delincuente ajuste cuentas con la Justicia no implica rechazar el sincero reconocimiento al papel decisivo que ha tenido a la hora de engrandecer a una entidad que, por cierto, también merece un agradecimiento por su parte. Imaginen si no, cuál sería la imagen que la opinión pública tendría de un condenado por "saquear las arcas marbellíes" de no haber influido su gran labor al frente del club.


Es decir, puede que sea justo saber distinguir entre el condenado y el presidente de los seis títulos; como también recordar que fue él quien se empeñó en aferrarse al cargo, arriesgando emborronar su buen trabajo. Digamos pues que la relación entre Del Nido y el Sevilla ha sido la de un matrimonio bien avenido. Una unión que ha resultado ser provechosa para ambos y que, por desgracia, no ha tenido un final a la altura de lo mucho y tan bueno vivido durante estos años.
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