Parafraseando la cita más conocida del filósofo español José Ortega y Gasset, podría aseverarse que "el Betis es el Betis y sus circunstancias". Todo cuanto acontece en este club merece, como mínimo, el adjetivo de ´peculiar´. Porque cuanto menos peculiar es el hecho de que Alexis haya trabajado todo este tiempo en la soledad, sin director deportivo, sin entrenador, con un consejo con fecha de caducidad, con Lopera y Oliver ´piando´ a menudo...
Condiciones y situación en las que resultaba inimaginable que el secretario técnico pudiese lograr convencer a alguien de que juegue en el Betis la próxima temporada. Desde ayer, el club por fin tiene dueño para su banquillo, aunque su forma de anunciarlo también ha sido peculiar. La llegada de Julio Velázquez, entrenador que firmó con el Betis la semana pasada, la hicieron oficial en Murcia algunas horas antes que en Heliópolis. Tanto es así, que Velázquez incluso ofreció una rueda de prensa de despedida del club pimentonero en la que no pudo revelar su destino.
No obstante, curiosidades al margen, lo importante es que, dos meses después, el Betis ya tiene dueño para su banquillo. Un considerado exponente de la llamada generación JASP (jóvenes pero sobradamente preparados) que se enfrentará a la experiencia más exigente de su corta carrera.Con sólo 32 años, se enfrentará a un altísimo nivel de presión y a un vestuario difícil de llevar, en el que se reencuentra con Álex Martínez y Matilla y en el que hay pupilos de su edad, como Molina, y otros mayores que él, como Nacho o Rubén. Deberá currar desde ya y liderar junto a Alexis la difícil búsqueda de un equipo casi entero y superar las circunstancias. Porque ´el Betis es el Betis y sus circunstancias y si no las salva, no se salvará él´.
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