Opinión

El grito de auxilio que nadie escucha

Aitor TorviscoAitor Torvisco
Seguir
3 min lectura
El grito de auxilio que nadie escucha
- Aitor Torvisco (04/01/2016)
Siempre me han dicho que no tengo pelos en la lengua y, como al toro hay que cogerlo por los cuernos, he pensado que, ahora o nunca, es el momento de dejar las cosas claras y el chocolate espeso. Y como para mañana ya es tarde, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, voy a meterme en camisas de once varas y a poner, negro sobre blanco, lo que todo el mundo piensa y nadie dice...

Y así, refrán a refrán, topicazo a topicazo, es fácil escribir o hablar durante horas sin decir absolutamente nada; que es lo que hacen ante los medios muchos futbolistas y técnicos.

Por eso, por lo sencillo que resulta hablar sin decir, es de valorar que haya personas como Pepe Mel, sin miedo a exponerse y que prefiere ser linchado por una salida de tono que ser un entrenador más con un discurso vacío.

Sí, a nadie se le escapa que al madrileño le gusta darse golpes en el pecho y que controla al milímetro los mensajes que manda a través de la prensa. Vale que a veces se le ve el plumero y que en alguna ocasión le ha faltado ser algo más autocrítico. No obstante, parece que la moda ahora en el beticismo es criticar todo lo que dice sin detenerse ni un segundo a reflexionar el porqué de su sorprendente "No me veo aquí en julio", que dijo en una entrevista a ED, o los impactantes "No me voy a aferrar al cargo" y "Mi puesto está desde ya a disposición del club" que soltó ayer.

La exigencia en el Betis está a veces por encima de la lógica (ya hubo críticas con el equipo en la mitad de la tabla) y esa presión es una herida punzante que desangra poco a poco.

Mel ha hecho muchísimo con muy poco; pero, a pesar de su amor por los colores, ni le dan más ni le piden menos. Lo de ayer, tras un espanto de partido, fue un grito de auxilio. El técnico está agotado y eso es una noticia peor que el 0-4.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram