Tormenta innecesaria después de la guerra fría

Aitor TorviscoAitor Torvisco
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Tormenta innecesaria después de la guerra fría
- Aitor Torvisco (12/01/2016)
Ahora encajan las piezas. Resulta mucho más sencillo entender la actitud de Mel en sus últimas comparecencias, en las que venía a pedir a gritos que le echasen y que utilizó para disparar a Macià; un símbolo inequívoco de su rendición, pues sabía que ya no era necesario seguir disimulando. Ya era absurdo ocultar su evidente guerra fría con el director deportivo y su opinión sobre la plantilla. "Mi error fue no plantarme en verano", dijo ayer el ya exentrenador en la Cadena Ser. No señor, su error fue presumir de lo importante que se sentía esta vez en el Betis y avalar, de pe a pa, la planificación. Ahí fue donde se equivocó, ya que no sólo no le tuvieron en cuenta tanto como le habían prometido, sino que al final tuvo que acabar tragando. Y mucho.

Evidentemente, después de sacar pecho, ya no podía quejarse en público. Sólo le quedaba hacerlo en privado y la rueda de prensa de Macià y Ollero -de gorilescos golpes en el pecho y ausencia total de autocrítica- puede reflejar bien cuál era la respuesta que obtenía en los despachos. Mel supo que había perdido la guerra fría antes de sacar sus tanques. Y así fue como se originó esta tormenta tan surrealista e innecesaria.
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