Cuando el idioma no es una barrera

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Cuando el idioma no es una barrera
- 29/10/2014
El franco-argelino Foued Kadir sorprendía ayer a todos plantándose en la sala de prensa con un fluido castellano que, asombrosamente, lleva estudiando desde hace poco más de un mes. Sin demasiados problemas y con una envidiable verborrea, el jugador verdiblanco se expresó ante los medios de comunicación, demostrando una vez más que lo de la barrera idiomática, en muchos de los casos, es más una mera excusa que una realidad.

En la viña del señor, obviamente, hay de todo. Y por tanto, a unos les cuesta más aprender una nueva lengua y a otros menos. Pero lo que Kadir hizo ayer puso de manifiesto una vez más que lo principal es tener interés por aprender y ser consciente de que ello es fundamental para la integración en el vestuario, el club y la ciudad. Ejemplos al respecto hay muchos, y a todos se nos viene a la cabeza el caso de Nosa Igiebor, quien se marchó de la capital hispalense el pasado verano sin saber hablar la lengua de Cervantes y, lo que es peor, sin intención e interés en aprenderla.

Pero claro, esto tampoco supone el elixir de la eterna juventud. Ya que el aprender la lengua local tampoco te asegura el éxito. Hay ejemplos en ambos lados. Mientras que el bético Kadir sólo ha necesitado poco más de un mes para expresarse abiertamente, el sevillista Kévin Gameiro afronta su segunda temporada en la Liga y lo cierto es que su español, en comparación con los 21 goles que consiguió el curso pasado, está muy por debajo. Todo lo contrario le pasó al internacional alemán Marko Marin, a quien su profesor particular sólo le dio para aprender un poco de español, pero no para triunfar en Nervión. ¿La clave? Motivación, interés e implicación. Lo mismo que demuestra Kadir en Heliópolis o en Nervión Krychowiak, quien pone su garra en el campo y ante los libros.
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