Iborra rescata un empate en Riazor, pero el Sevilla sigue sin conocer la victoria a domicilio. Siete partidos que alimentan la irregularidad blanquirroja en este primer tercio de una temporada en la que muchos siguen cuestionándose aún qué es lo que pasa: ¿La portería?, ¿la fragilidad defensiva?, ¿el cambio N´Zonzi por M´Bia?, ¿el entrenador?... Argumentos, todos, válidos, pero secundarios bajo mi parecer. Y es que el principal problema de este Sevilla es su abrumadora falta de pegada; la ausencia de Bacca y los 30 goles por temporada que presentaba en su hoja de vida. No hay otra, y en Riazor, donde por momentos circulaba bien con la pelota hasta tres cuartos de campo, quedó en evidencia. El curso pasado hubo muchos partidos en los que el Sevilla no jugaba un pimiento, pero que se resolvieron con un gol de colombiano. Gameiro genera y crea, pero finaliza poco. Ese es el problema, los 30 goles que se fueron.
Alejandro Sáez
