La copa ya está en casa. Ayer voló desde Basilea, como ya hiciera anteriormente desde Eindhoven, Glasgow, Turín y Varsovia. Un nuevo título que engrosará las vitrinas del Sánchez Pizjuán, gracias, en parte, a los 6.000 sevillistas desplazados. Unos elegidos que hicieron posible equilibrar la balanza en las gradas de St. Jakob Park, donde se desgañitaron para acallar el 'You´ll Never Walk Alone' de más de 10.000 seguidores 'reds'; unos sevillistas que despiertan mi más sincera admiración y envidia -sana-. Por eso, la quinta Europa League de su equipo es por y para ellos, los "buenos" sevillistas. "Se han dejado el dinero, tienen trabajo y matan por el Sevilla", apostilló Coke Andújar, el 'Héroe de Basilea', a pie de campo, tras haberse convertido en Pentacampeón sumando dos de los tres goles blanquirrojos en la noche de ayer.
Por eso, quizá, también este nuevo título es de los "malos" sevillistas, como los bautizó hace unos días Unai Emery sin ánimo de herir sensibilidades. Porque desgraciadamente, quizás, no todos tienen ese "trabajo" del que habla el ex del Rayo y varios cientos de euros por una entrada en estos tiempos que corren son razones suficientes para darle la espalda, que no abandonar, a su Sevilla por una noche. Porque el himno de El Arrebato no entiende de hipotecas, de letras pendientes o de familias con presupuestos más ajustados que años atrás. Sí existen, en cambio, muchos sevillistas que saben de financiar su abono, aparcando a un segundo plano todos los gastos habituales para acompañar a su equipo cada domingo. Porque los sevillistas no son de finales y de eso saben mucho los "buenos" y "malos" sevillistas que hace más de 20 años se tiraron a la calle para evitar un descenso administrativo, sin importarle trabajos, ni obligaciones. Porque la celebración de padres e hijos vale tanto en Basilea como en una peña o en el sofá de su casa... "Buenos" o "malos", pero en todo caso... ¡Sevillistas!
Alejandro Sáez
