Ahora que estás solo y que apenas nadie te apoya. Ahora que incluso Miguel Torrecilla, tu principal valedor, ha dudado. Por eso me dirijo a ti, Gustavo, que eres técnico y no reportero, pero que tampoco has sido, precisamente, muy dicharachero. Que tú solito te has ido cavando tu tumba. Y es que cuando los resultados no acompañan, hay que ser simpático; o al menos parecerlo. Que de eso otros saben mucho, aunque también hayan comprobado que, en Heliópolis, el caer en gracia no te asegura nada. Te aporta un poco más de tiempo, pero lo mismo subes al equipo dos veces a Primera que te destituyen otras tantas. Pero es que tú... Ni eso.
Has agotado los cartuchos demasiado pronto: los árbitros, ponerle el parche a la prensa antes de que salga el grano; Rubén, el máximo goleador histórico del club... Y ahora la afición, que si algo le queda a este Betis es eso. Es que es de ser demasiado torpe, Gustavo. Y eso, a pesar de que quizá no seas el único culpable; ni siquiera el principal. Que en Heliópolis hace años que no se vienen haciendo bien las cosas. Que otros hicieron una ciudad deportiva muy bonita, y que ahora se está cerrando el campo. Pero de lo de la pelotita, ni hablar desde hace demasiado tiempo. No serías el primero y, posiblemente, tampoco el último. Que mira Merino... Lo dejó décimo, y le dieron lo que rima con su apellido.
Alejandro Sáez
