Decía mi compañero Fernando Ruiz hace unos días que
Monchi quería volver a ser Ramón. Y no le faltaba razón, estando el de San Fernando hastiado de la vorágine en la que se encuentra su vida tras
16 temporadas al frente de una entidad que ha crecido en lo económico y social al ritmo de que él ha acertado en lo deportivo.
Por ello, ahora es el momento de que
Don José Castro sea Pepe, como lo llaman sus íntimos y como se siente mucho más cómodo entre sus iguales. Para ello, el empresario de Utrera sabe que tiene que estudiar Medicina para curarle el cansancio a
Monchi, pero no Económicas. Que al de la Isla de León no le duele la chequera, a pesar de que muchos insinúen eso o de que otros dudaran el pasado verano de sus argumentos y esgrimieran a la presencia de un millonario
PSG en su interés por marcharse. Que
Monchi, si se acaba marchando, tiene que hacerlo por la puerta grande; rodeado de sus títulos y de la mano de
Pepe Castro, quien estoy seguro no se aferrará a los cinco millones de cláusula que marca su contrato. Eso sí, guardándose las espaldas: si antes de 2020 le vuelve a picar el gusanillo del fútbol... Que pase el que sea por caja.