La diferencia entre no tener palabra y no tener vergüenza

Alejandro SáezAlejandro Sáez
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La diferencia entre no tener palabra y no tener vergüenza
- Alejandro Sáez
Una vez me dijo Monchi que el escudo, el sentimiento, en la grada, y que en el campo, profesionales. Y no le faltaba razón al de San Fernando, hoy en la Roma, al definir de manera tan simple el negocio que hoy día es el fútbol. Y no por ello quiero cuestionar la decisión de Vitolo, la cual me parece muy lícita. Afrontar nuevos retos profesionales, vivir otra etapa y ganar más dinero son argumentos de sobrado peso como para cambiar de aires o de camiseta. Por eso, insisto, el problema no es el qué, sino el cómo. Ya se equivocó el canario semanas atrás en su forma de afrontar su futuro, pero lo de las últimas horas ha sido de traca. Que no se le olvide a nadie que ha acabado dejando tirado al Sevilla, pero que horas antes, cuando cerró su 'renovación', también lo había hecho con el Atlético y Las Palmas, con los que también lo tenía todo acordado, como finalmente se ha acabado demostrando con el pago de su cláusula. Y es que una cosa es no tener palabra y otra no tener vergüenza, como ha demostrado Vitolo, quien ha agotado sus últimas horas como sevillista a escondidas, con la cabeza gacha y de tapadillo en un hotel... ¿Vergonzoso, no?

Eligió salir así, de la manera más rastrera posible, con lo sencillo que habría sido actuar como un hombre de palabra, esa que ha demostrado no tener, y de valores, los cuales no podrá enseñar a sus hijos, pues simplemente carece de ellos. Todo un internacional español al alza, un ejemplo para muchos, que ha dejado su imagen a la altura del betún por un puñado de euros. Y es que a esos niveles, no sé yo si es muy importante ganar tres, cuatro o siete millones de euros. Si no te va a faltar para comer, ni el Ferrari en la puerta. ¿No vale más la palabra y el honor de una persona?
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