Ironías del destino,
Jesús Navas cumplía
400 partidos como sevillista el mismo día que volvía al Sánchez-Pizjuán
Vitolo. Sí, aquel que con su marcha al Atlético, previo paso por Las Palmas, minó el pasado verano el retorno del palaciego a Nervión, compartiendo ambos la misma agencia de representación. Y es que el fichaje del ‘Duende’ de Los Palacios no resultó sencillo,
demorándose en exceso por cuestiones contractuales y
sacando de quicio a más de un sevillista, y de dos.
‘Que está quemado’, ‘que ya está viejo’, ‘que no venga, que no hace falta’,
‘que viene a retirarse en casa’... Argumentos varios (
fruto más del enfado que de la razón) que se sucedieron a lo largo de todo el verano hasta que el hijo pródigo rubricó su vuelta y el sevillismo se volcó en su presentación. Pues razones para su retorno a casa hay muchas:
rapidez, verticalidad, calidad, sevillismo, entrega, profesionalidad... Gol. Así, hasta sumar 400.