Decía
Ernesto Marcucci que
Eduardo Berizzo le había
dejado bien marcada cuál era la hoja de ruta a seguir durante su ausencia y el argentino está siguiendo al pie de la letra el plan estipulado. Con
Steven Nzonzi nuevamente fuera de la convocatoria tras haber sacado los pies del tiesto, el técnico interino volvió a apostar por un doble pivote mixto en el que el
'Conde' Pizarro hizo valer su título nobiliario en el centro, ocupándose de la contención y el equilibrio del conjunto blanquirrojo, mientras que
Éver Banega era el encargado de darle magia y sentido al fútbol sevillista.
Con el argentino falto de protagonismo durante los primeros 45 minutos (ganó chispa tras el paso por vestuarios), el principal peligro blanquirrojo llegó por la banda izquierda, con un
Nolito muy participativo que se entendió a las mil maravillas con
Escudero, el
'Mudo' Vázquez,
de enganche, y
Ben Yedder, quien tiró de calidad en el área para hacer el 1-0 ante
Rubén. Un
Sevilla que tocaba muy bien la pelota y que, bien plantado sobre el terreno de juego, evidenció algo más de profundidad que en ocasiones anteriores, presionando en campo contrario.
Ya en la segunda mitad, y con el marcador a favor,
Marcucci le dio entrada al campo a
Krohn-Dehli, en lugar del
'Mudo' Vázquez, con el objetivo de darle algo más de control al partido. Y fue precisamente el danés, con un disparo lejano, el que acabó matando el encuentro, haciendo el segundo. Tras ello, llegó el momento de repartir descanso, dándole entrada a
Navas, por
Banega (Sarabia pasó al centro), y a
Correa, por
Nolito.