Quería el
Sevilla limpiar la imagen mostrada en
el
Santiago Bernabéu, valiéndose de la fuerza del
Sánchez-Pizjuán para ello, pero no lo consiguió ante un
Levante que le salió respondón y que le metió el miedo en el cuerpo con demasiada facilidad, siendo los arqueros quienes salvaron a sus respectivos equipos en más de una ocasión.
Con
Sergio Rico en portería y con
Ganso como titular, los del
'Toto' Berizzo, que volvía al banquillo nervionense tras cuatro partidos al margen, cuajaron una mala primera mitad en la que el equipo se mostró espeso en ataque y evidenció graves problemas en la recuperación del balón. Y es que el brasileño, quizá, se ha convertido más en un revulsivo que en una alternativa real, si el rival, como ayer el
Levante, te exige físicamente y le imprime intensidad a su fútbol. Un intercambio de golpes en el que los blanquirrojos no se sintieron cómodos, siendo más por demérito propio que por mérito granota, que también.
Tras el paso por vestuarios, más de lo mismo, estando poco acertados los sevillistas a título individual. Y es que ni
Ben Yedder, que suele definir a las mil maravillas en el área, consiguió finalizar. Con
Banega más plano que de costumbre y con un
Sevilla plagado de dudas atrás,
Berizzo le dio entrada al
'Mudo' por
Ganso, quien no consiguió responder a la confianza brindada.
Con el argentino, el 'Toto' buscó una mayor cohesión entre líneas, y en parte lo consiguió, a la vez que le dio entrada a
Muriel, por banda, en busca de una mayor pegada, que no arribó. Un
Sevilla fallón y falto de fluidez en su fútbol al que le toca mejorar.