¿Quién es el culpable?

Alejandro SáezAlejandro Sáez
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¿Quién es el culpable?
- Alejandro Sáez
Disculpas por enfrentarse a la afición, disculpas por salir de fiesta. Disculpas y más disculpas... Pero no escucho ningún perdón sincero, esa mijita de autocrítica que se viene echando en falta toda la temporada, en la que el día a día avecinaba un final de curso como éste, al que nadie coge por sorpresa. ¿Quién pide perdón por todas las vergüenzas sufridas este año?

Tras digerirse un nuevo bochorno en Nervión, y ya van demasiados, el sevillismo busca culpables, habiendo señalado ya desde la grada del Wanda Metropolitano al presidente José Castro, a quien solicita su dimisión. Óscar Arias, Montella o la plantilla son otros de los señalados por el dedo acusador, el mismo que derrocó a Berizzo. Y no le falta razón a la afición, pues a la temporada le sobran 'manitas'.



Por mucho que se haya hecho historia en Europa, alcanzando por primera vez los cuartos de final de la Champions, hace meses que el Sevilla le dio la espalda a su ADN sevillista, a la casta y el coraje, al 'Dicen que nunca se rinde'. Un Sevilla que un día decidió prostituirse en manos del 'Amateurismo', a la idea del no ser recordado por ganar, sino por cómo ganar. Una vuelta de tuerca innecesaria que mandó al traste todo y de la que ahora, a la desesperada, se intenta alejar de la mano de un italiano que arribó con aires de Maserati, pero que esconde un motor Fiat.

Un técnico que durante momentos le ha dado otra cara al equipo, pero que no ha sido capaz de revertir la situación de un plantel que está muerto anímicamente y, gracias a él, también físicamente. Un equipo mal configurado, o simplemente hecho para otra idea; un vestuario en el que no confía y en el que conviven refuerzos que no ha debido pedir -y por eso no los utiliza- con jugadores que no quieren defender ese escudo. Pues lo preocupante no es que un futbolista salga tras una derrota vergonzosa, sino que no lo dé todo sobre el campo por el simple hecho de que debió marcharse el verano pasado, cuando sólo la espantada de Vitolo lo impidió. ¿Quién es el culpable? Castro, Arias, Montella, el plantel... Entre todos lo mataron y él solito se murió.
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