En su presentación se afanó en asegurar que aterrizaba en el Real Betis comprometido, dispuesto a trabajar como el que más para colaborar por la causa, pero en la primera ocasión de trasladar la teoría a la práctica el holandés respondió con un detalle que transmite totalmente lo contrario.
Más allá del debate de su estado físico, Van der Vaart protagonizó una acción propia de un futbolista que no se encuentra lo suficientemente implicado, porque abandonó el campo antes de que se realizara el cambio, dejando a su equipo con diez durante un intervalo de tiempo. Quizás fue un despiste, pero un jugador de su bagaje no se lo debe permitir, porque se puede interpretar como una falta de profesionalidad.