Opinión

Lección a los violentos

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
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Lección a los violentos
- Álvaro Palomo
La grandeza reside en ocasiones en los pequeños detalles. En comportamientos que en ningún caso deberían de sorprendernos por su aparente lógica pero que resultan estrictamente necesarios ante la tendencia a desmitificar los valores. La grandeza no se mide por las medidas urgentes ante situaciones desesperadas o como respuesta a un problema que ya se ha consumado, sino por aquellas que se toman por la convicción de su conveniencia o como prevención.

La grandeza vive en la pasión del derbi de las emociones y brotó ayer en una iniciativa conjunta que refleja lo que realmente significa la intersección futbolística que divide a esta ciudad pero que a su vez la mantiene unida. Porque el duelo cainita recorre las arterias de Sevilla y la alimenta de una rivalidad sana que evidencia en cierto modo nuestra forma de entender la vida. Sevilla y Betis lo han escenificado con una exhibición de tino y coherencia. Juntos. Mostrando a los niños y al mundo la esencia de un derbi que se experimenta desde dentro y en el que el respeto, el civismo, la cordialidad o la educación son naturalmente compatibles con el deseo de ganar al eterno rival.

Todo lo que sobrepase esta línea corresponde a aquellos que no entienden ni de colores ni de derbi, ni de nada que requiera sentido común, sólo de violencia.
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