Opinión

Más que números

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
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Más que números
- Álvaro Palomo
Se ha instalado en los mentideros futbolísticos la costumbre de realizar una dicotomía que separa dos conceptos a los que realmente unen una serie de matices que no se justiprecian pese a su trascendencia. Porque ahora son tendencia el blanco y el negro y no se consideran los términos medios derivados de un análisis más pausado. Esto provoca que a la hora de valorar el rendimiento de un equipo y el rol del entrenador se haya consolidado la limitación de evaluar por separado el juego y el resultado, convirtiéndose en habitual realizar juicios negativos de resultados positivos por la subjetividad de las sensaciones, como si no existiera ningún otro factor que lo propiciase o se ganase por simple casualidad. No se trata de ser resultadista o no, sino de profundizar en los detalles y estimar que tras un éxito subyace una buena labor.

Por ello, cuando se afirma que las matemáticas respaldan a Sampaoli pese al discreto fútbol del Sevilla se está pasando por alto el trabajo que conlleva registros que se sitúan entre los mejores de la historia y el mérito de alcanzarlos tras una profunda remodelación de mimbres y filosofía. Porque el argentino ha conseguido conectar con un vestuario prácticamente nuevo, convencerlo de que entre todos pueden transformar su propuesta en factible y obtener un compromiso evidente que potencia el elevado talento que de por sí posee la plantilla.
Una obra de gestión y psicológica que se percibe en la fe del grupo y que afloró en Butarque para erradicar la rémora a domicilio, lo que, por supuesto, tampoco se produjo por azar. Los jugadores creen en él, en lo que propone, y sus lecciones cada vez resultan más perceptibles para aquellos que no se estancan en una apreciación superficial y valoran en su justa medida la excelente trayectoria del equipo. Un nuevo Sevilla en el que los números son la punta del iceberg.
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