El análisis del Deportivo-Betis

Efecto limitado por el miedo

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
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Efecto limitado por el miedo
- Álvaro Palomo
Los últimos resultados exigían a Víctor una reflexión con la consecuente reinvención, y el técnico, siempre con su defensa de cinco como base, experimentó en el once, con Rubén Pardo como vértice de un rombo con Ceballos como referencia creativa arropado en los flancos por Donk y Brasanac. Al holandés lo ocupaba la misión de escoltar al utrerano, mientras que el serbio gozaba de libertad de movimientos en busca de la creación de espacios entre líneas, sorprendiendo en el arranque a un Deportivo que le dejaba recibir cerca del área. Ésta era una vía por la continua conexión con Ceballos, pero también las bandas, sobre todo la zurda de Durmisi, a la que el ‘cerebro’ y Pardo, preciso en los cambios de juego, abrían para que el danés percutiera. Había saltado al césped un Betis protagónico, con el control y una presión certera, si bien, ante la ausencia de último pase, a la media hora se igualaron las fuerzas con el estiramiento del Depor, impulsado por las primeras apariciones de Çolak.

El efecto del invento parecía haberse diluido, con Ceballos limitado a la opción de Durmisi, y el técnico optó por Petros en busca de carácter y apuntalar el control en un partido en el que prácticamente no sucedía nada. Es lo que le gusta a Víctor. Anestesiar el juego. Y pegar como lo hizo Piccini tras un córner provocado por el danés. Luego, con el Depor tocado, Víctor receló demasiado y replegó psicológicamente al equipo con las entradas de dos laterales más para blindar las bandas, lo que permitió al rival volcarse en pos de un empate que deja a medias la recomposición de Víctor por culpa de su propio miedo.
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