Opinión

El fin de ciclo de Unai Emery

Antonio José MedinaAntonio José Medina
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El fin de ciclo de Unai Emery
"Todos los días me levanto dando las gracias por estar donde estoy, en el Sevilla, porque tenemos unas condiciones de trabajo muy buenas". Las palabras de Unai Emery el pasado lunes en el Efe Fórum podrían parecer un canto hacia la galería, más en un año que, aunque se ha perfilado bien y ha ido, como acostumbra desde que está él, de menos a más, ha estado plagado de baches, vivió un complicado inicio y en el que incluso se llegó a hablar de final de un de ciclo. Nada más lejos de la realidad.

Estamos acostumbrados a oír hablar al técnico vasco de trabajo, de motivación, de compromiso€ Estamos cansados de escucharle una palabra, creer, que a muchos les parece hueca; de verle explicar cosas simples con argumentos complejos –por llamarlo de alguna forma- que pocos aficionados entienden y que, sin embargo, van intrínsecamente ligados a su forma de ver y trabajar en este deporte como transmitió en un contexto tan diferente como fue en el que habló este lunes.

Allí, desveló las claves para liderar un proyecto nuevo cada año, para dirigir algo tan complejo como es un grupo de futbolistas de élite, para conseguir el compromiso de todos hacia un solo objetivo, etc. Transmitió mucha información, tal vez demasiada para resumirla, pero dejó algo claro: que su filosofía, la de Monchi y la del Sevilla, es la misma. Y que, en ella, la labor en equipo, la información y el trabajo son fundamentales.

"Vemos cuatro veces cada partido. Hay que desgranarlo para poder contar con la mayor cantidad de información". "Cuanta más información tienes, mejor puedes decidir; me fío más de ella que de la experiencia". "El trabajo de equipo es fundamental, no siempre eres tú el que mejor lee el partido". "Los jugadores te miden constantemente, por lo que tu liderazgo tiene que estar basado en el conocimiento, en que lo que dices que va a pasar acabe ocurriendo"€ fueron algunas de sus frases. Trabajo, trabajo y trabajo. Esa es la base. Y así, con tiempo y serenidad, llegan los resultados.

"El ciclo de un entrenador no acaba cuando no gana títulos sino cuando su plantilla deja de creer en él". Más de treinta jugadores que han salido del club en los tres últimos años, unos con mejores recuerdos que otros, pero ninguno de ellos ha podido hablar mal del trabajo de su técnico. Una confianza que se extiende a la cúpula directiva y, sobre todo, a un Monchi que también ha construido desde el trabajo y la información la mejor dirección deportiva de España y muchos grandes equipos.

Emery está feliz de estar en el Sevilla, pero a su vez, con pocos técnicos podrá contar este club que cuadren tanto con su filosofía y su forma de ver y trabajar en este deporte. Aunque no haya títulos, el matrimonio debe seguir. Con ellos hay futuro, un gran futuro.
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