Una semana después de la destitución de
Julio Velázquez como técnico verdiblanco, el casting para hallar a su sutituto definitivo continúa. De hecho, el consejo de administración aún sigue debatiéndose entre las tres principales opciones que tiene sobre la mesa:
Lorenzo Serra Ferrer, Pepe Mel y Juan Merino, quien, a la espera de que haya fumata blanca en la planta noble del Villamarín seguirá dirigiendo al equipo de manera interina, consciente de que según vayan pasando los días su candidatura irá ganando cada vez más enteros.
No en vano, al linense no sólo le avalaría la victoria cosechada el pasado fin de semana ante el
Llagostera, sino también la normativa vigente, que le impediría volver de nuevo al filial si dirige al primer equipo en más de dos encuentros oficiales. En este sentido, el preparador
agotaría el plazo en el envite del viernes frente al
Almería en Copa, por lo que si volviese a sentarse en el banquillo el lunes contra el
Mallorca ya sólo podría seguir al frente de la primera plantilla.
Además, el futuro de sus otros dos competidores no está demasiado claro. Sobre todo el de
Lorenzo Serra Ferrer, quien pese a ser el favorito de la dirección deportiva comandada por su íntimo amigo
Alexis Trujillo se ve seriamente lastrado por su condición de máximo accionista bermellón, una situación que ya le impidió llegar a Heliópolis en verano para convertirse en el mandamás en la parcela deportiva. Ahora, meses después de aquello, el panorama no ha cambiado demasiado, puesto que aunque abandonó el consejo de administración balear sigue siendo el mayor compromisario de la entidad, una condición que debería dejar atrás antes de plantearse iniciar la que sería su
tercera etapa en el Betis.
Así las cosas, el de Sa Pobla tendría
dos vías para acabar con este bloqueo. La primera, obviamente,
vender sus títulos, posibilidad que, a tenor de su enemistad con otros accionistas como el alemán Utz Claasen y la falta de potenciales compradores (hace meses se fue al traste una operación con Dudú Aouate) parece bastante remota. En cambio, más factible sería que Serra
renunciase a acudir a la ampliación de capital que ha puesto en marcha el Mallorca, quedándose con ello fuera de su nómina de propietarios.
Sin embargo, el plazo expira el próximo día 24, fecha en la que
Merino podría haber liderado al vestuario en seis envites (ante Llagostera, Mallorca, Lugo y Racing además de los de Copa frente al Almería), lo que haría inviable que regresase al filial. Otra cosa sería que siguiese como segundo de
Serra, opción que, de momento, no se contempla.
Entre tanto, las posibilidades de
Pepe Mel, el claro preferido de la grada, continúan estancadas. El propio madrileño ya ha filtrado que
nadie le ha llamado y, lo que es más, que ya no espera que alguien lo haga. Igualmente, el hecho de que los malos resultados puedan dejar libres en breve
banquillos de Primera como los de Granada o Elche es posible que pese bastante en su ánimo, habida cuenta también que la dirección deportiva no parece estar por la labor de darle todos los poderes que ha pedido en el área técnica para regresar a Heliópolis.
Ante esto, y con nombres como los de
Fernando Vázquez o Sergio Lobera prácticamente
descartados, las opciones de que
Merino pudiese abandonar su condición de ‘apagafuegos’ para obtener una continuidad con la que, en principio, no contaba crecen bastante. En todo caso, el paso de los días decidirá.