Sin gol no hay victoria. Y en el Betis, sin Rubén Castro no hay alegría. Pero aunque el canario fue una vez más determinante, el papel protagonista en el Anxo Carro bien podría ser otorgado esta vez a Molina, pese a que sólo jugó 32 minutos, puesto que sigue estando por detrás de Rennella, como para Velázquez, en las preferencias de Merino.
Sin embargo, tras sus buenos minutos en Copa, con gol incluido, y un aseado cuarto de hora ante el Mallorca, el de Alcoy, dejando atrás un tímido cruce de declaraciones con el técnico linense, habló sobre el campo, donde mejor sabe, reeditando nada más salir esa histórica sociedad que durante los últimos años ha formado con Rubén.
Pero no sólo asistió a su compañero tras regatear con calidad a José Juan. Demostrando que también puede caer a banda, en contra de lo que opinaba Merino, Molina supo tirar de experiencia para marcar los tiempos, mantener el balón y desahogar a su equipo en el asedio.