Hace una década, en la campaña 04/05, el Betis no sólo firmó la mejor temporada de su historia (siendo campeón de Copa y metiéndose en la previa de la Champions), sino que también vio triunfar a su última gran pareja de centrales: Rivas y Juanito. Ambos, criados en la cantera, se convirtieron en piezas clave de aquel equipo que funcionó a la perfección, pero que a partir del curso siguiente inició una deriva que también se notó en el seno de la retaguardia.
Basta para ello señalar que, a falta de lo que suceda en este mercado invernal, en diez años han pasado por Heliópolis un total de 24 centrales, sin que se haya podido consolidarse una sociedad tan fructífera. De hecho, sólo Juanito siguió siendo indiscutible hasta el descenso de la 08/09, teniendo como compañeros de trabajo a jugadores como Melli, Lembo, Nano o Lima, pero también a Zamora y Álex Ortiz, quienes hicieron sus pinitos con el primer equipo. Con todos ellos también coincidió Rivas, que cambió de aires al final de una 09/10 que le permitió conocer también a Carlos García.
Sea como fuere, el carrusel de centrales continuó. Para la 10/11 se contrató a Belenguer, Roversio y Dorado, al tiempo que Miki Roqué irrumpió con fuerza desde el filial, Fran No jugó en Copa frente al Salamanca y Arzu llegó a ser reconvertido por exigencias de la competión.
Así mismo, el retorno a Primera obligó a apuntalar de nuevo el eje central de la zaga, manteniendo sólo a un Dorado que vio llegar a Mario, Ustaritz y Amaya en verano, pero también a Paulao en invierno. Curiosamente, con quien mejor se entendió fue con éste último, si bien la pareja no tuvo demasiado recorrido en Heliópolis.
Porque a los pocos meses de la 12/13, el cordobés se fue al Villarreal, dejando a Amaya como el mejor socio del suramericano, mientras que las lesiones y los contratiempos dejaron sin demasiada continuidad a Mario y un recién llegado Perquis.
No obstante, la clasificación para Europa deparó novedades. Se firmó a Figueras, que, pese a las críticas, fue quien más jugó, ya fuese acompañado de Paulao, Amaya, Perquis, el canterano Caro o, incluso, un N´Diaye que vendría en el mercado invernal.
Con todo ello, llegamos hasta esta temporada, en la que el ilerdense, de nuevo, es fijo en el once, con Bruno a su lado. Mientras, Caro espera su oportunidad a caballo entre el primer equipo y el filial, al tiempo que Perquis acaba de rescindir para irse a Toronto. Y, para completar la nómina de centrales, el club busca uno que sería el número 25 en apenas diez años.
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