El interesado dio por cerrada el domingo su renovación, fijando la ansiada firma para esta semana o, como mucho, la siguiente. Un día después, el presidente del Betis,
Juan Carlos Ollero, confirmaba también el
principio de acuerdo con la empresa que representa a
Dani Ceballos, Bahía Internacional, aunque, a diferencia de la otra parte, no restringía tanto los plazos, recordando que no es tan importante el cuándo como el qué y el cómo. Pura
estrategia de negociación y, a la vez, cura de espanto por los innumerables retrasos que ha sufrido la materialización de una continuidad de la que no duda prácticamente nadie, pero que no acaba de ponerse en negro sobre blanco. Cada vez se antoja más cerca, pero la meta parece no alcanzarse nunca.
La consecución del
ascenso y la confirmación de que el utrerano vuelve a ser indiscutible para
Pepe Mel, responsable de la nueva aventura en Primera, habría terminado de convencer para seguir al canterano, aconsejado en el mismo sentido por un buen número de compañeros, especialmente los más veteranos.
Compartir asesores con
Rubén Castro y el propio míster madrileño, indiscutibles bastiones del equipo verdiblanco, ha ayudado igualmente sobremanera, pues, en cierta forma, Margarita Garay y sus colaboradores están convencidos de que tendrá continuidad en la elite y, por ende, se disparará su cotización.
Bahía, como ya es sabido, ha apretado hasta la extenuación las tuercas en pos de unas mejoras económicas acordes a la explosión de
Ceballos, si bien se desliza 'off the record' un entendimiento basado en un sinfín de cláusulas y supuestos difícil de poner por escrito. Así se estaría haciendo estos días, siempre según fuentes directas de la negociación, por lo que, de no mediar problemas ni
malentendidos, el acto físico de la rúbrica debería producirse antes de que concluya oficialmente la temporada y los profesionales se marchen a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
El mediocampista pasaría a contar con
ficha y dorsal de la primera plantilla -dicen que luchará por el 10 que, si se acaba marchando, liberaría Nono-, amén de un
sueldo sólo por debajo del primer escalón salarial (
Rubén Castro y N'Diaye), al que podría alcanzar con diferentes pluses por rendimiento personal y colectivo. Además, su libertad, que pasa a costar
12 millones de euros con el contrato actual, se mantendría en esa franja, acaso un poco más alta, mientras que la vinculación se extendería hasta
2020, la última de las campañas posiblemente opcional y condicionada.
Pocos piensan en que se apure tanto esa relación, todo sea dicho, porque, si
Dani Ceballos hace buenas las sobresalientes previsiones y confirma todo lo mucho que apuntó este curso pasado, la marcha del centrocampista utrerano a un club más pudiente será imparable.