El regreso al Betis, su deseo hecho realidad

El "sueño" de Joaquín contado en primera persona

Joaquín relata cómo vivió su vuelta a casa, desde que decidió que quería regresar hasta el día de su debut ante la Real Sociedad.

El "sueño" de Joaquín contado en primera persona
Joaquín vivió un día inolvidable en su presentación. - I. M.
Isabel MoralesIsabel Morales3 min lectura
Como si de una película se tratase, una película de intriga, amor, alguna que otra escena de acción y su correspondiente final feliz en forma de regreso a casa, Joaquín Sánchez contó ayer, en los micrófonos de Radio Sevilla, cómo vivió cada momento desde que decidió que su lugar estaba en el Betis. “Yo tenía mi decisión tomada, no te voy a decir cien por cien, pero lo tenía bastante claro. No sabía hasta qué punto las circunstancias me iban a acompañar, pero yo quería volver desde hacía mucho tiempo”.

Pero, avanzaba el verano y la Fiore se oponía a su salida. Joaquín dejó que Macià y su representante hicieran su trabajo, pero, cuando la cosa se puso fea... “Yo sabía que iba a ser difícil. El míster me decía que no me iba a ayudar. Él me entendía y se ha portado fenomenal, pero no me quería dejar salir porque decía que un futbolista como yo no era fácil de encontrar. Entonces, di el paso al frente y me coloqué al frente del batallón para apretar. Intenté que el míster viera que mi cabeza ya no estaba allí, que mi ilusión era irme y que no iba a ser positivo ni para él ni para el vestuario. Yo sabía que todo tendría que caer por su propio peso, pero que hasta el último día no se iba a hacer”. Y se hizo. Se cumplió su sueño para alegría de la afición heliopolitana. “Yo hablaba con mis amigos, con mi familia y me decían: ‘Quillo, aquí la gente está desesperada porque no se hace tu fichaje’. Todo eso hizo que al final la presentación fuera más bonita, fuera más gente. Yo me esperaba un recibimiento espectacular porque sé el cariño que me tiene aquí la gente, pero, claro, ver esa grada entera y esa gente con esa ilusión, era un sueño hecho realidad. Lo he dicho muchas veces”.

Con todo, Joaquín se negaba a despertarse aún. Quedaba un último capítulo antes de abrir los ojos. “Aparte de todo el recibimiento, la presentación y todo lo que se formó, la guinda era el partido en casa, el debut, poder ganar el partido. Fue el partido soñado. A lo largo de todos estos años, lo piensas, pero nunca sueñas con esto. Llevaba un mes y pico sin competir, pero mientras que me encontré bien, disfruté con lo que a mí me gusta. Acabé muy contento porque, aparte de todo lo personal, el equipo demostró un comportamiento extraordinario. Incluso, lo que sufrimos, lo vi hasta bien. Porque hay que saber sufrir”. Y, tras el sufrimiento, en toda buena película, llegó el final feliz.
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