La segunda unidad sale al rescate del Betis

Es muy posible que Pepe Mel tuviera en mente las rotaciones en la jornada intersemanal, pues van a ser tres partidos en nueve días para el Betis, si bien la necesidad de refrescar el equipo aumenta por los acontecimientos de las dos últimas entregas y las contingencias heredadas del propio trabajo de los profesionales. Así las cosas, la enfermería bética exhibe una actividad desgraciadamente intensa en este arranque de curso, al tiempo que las expulsiones en el ecuador de los encuentros ante Real Sociedad y Valencia obligaron a los supervivientes en el campo a un sobresfuerzo que deberá ser considerado también a la hora de repartir los siguientes minutos.

En lo que a contingencias físicas se refiere, el gran problema radica en el lateral derecho, donde Piccini evoluciona bien de la elongación en el adductor derecho que le hizo perderse la visita a Mestalla. Quizás lo aconsejable sería darle descanso hasta la comparecencia dominical en El Molinón, si bien su repuesto natural, Molinero, anda pendiente de evolución por una contractura en el músculo flexor izquierdo de la cadera. No es descabellado inferir que quien esté mejor en la víspera será el que parta de inicio mañana contra el Deportivo (22:05 horas, televisado por La 1 de TVE), con la ventaja de que, al ser el choque en el Benito Villamarín, se contará con un mayor margen de maniobra para tomar una decisión.

Bajo palos seguirá un Antonio Adán cada vez más en forma, lo mismo que ocurre con la pareja de centrales que conforman Bruno y Westermann. Aparte de Jordi y Tarek, cuarto y quinto en teoría para esa demarcación, Pezzella estaría a disposición de Mel si fuera perentorio, pues el esguince de grado II que padecía en el ligamento deltoideo de su pierna izquierda ha pasado al olvido, aunque el míster no tocará en lo posible su línea más entonada en estos momentos, como demuestra el hecho de que el equipo no haya encajado un solo tanto en las dos últimas jornadas. Ése es su plan para el lateral zurdo, pero Vargas lleva tiempo a medio gas (primero, de una contusión en la cadera; más recientemente, de unas molestias en la rodilla izquierda), por lo que podría ser el momento de que Varela le diera un respiro.

Por delante, el ya habilitado Petros oposita a la dupla en el eje con Xavi Torres, pues Digard continúa a las órdenes de Fran Molano para superar de una vez por todas su microrrotura en un gemelo, al tiempo que N´Diaye está descartado, aunque el indulto de Competición a Ceballos permitirá casi seguro que el utrerano siga en la alineación. Por fuera, Cejudo oposita a la titularidad, aunque parece que no por un Joaquín que se está dosificando bien y necesita, precisamente, minutos para coger ritmo, sino más bien por Portillo, renqueante de un esguince en el tobillo derecho.

Van der Vaart espera también su momento. Todo hace indicar que su debut no se pospondrá más, como el de su compatriota Van Wolfswinkel, pero resta por decidir si de inicio o desde el banquillo. Mel quiere ´enchufar´ cuanto antes a dos de los que se presumen ´pesos pesados´, aunque Rubén Castro parece intocable, mientras que con Jorge Molina, sacrificado por las expulsiones de Petros y Ceballos, hay un compromiso moral.