Ni la distancia ni los altos precios han evitado que la afición verdiblanca viaje en masa hasta Gijón, que desde ayer era una auténtica fiesta.
José Joaquín2 min lectura
Pese a la distancia que existe entre Heliópolis y Gijón (casi 800 kilómetros por carretera) y el alto precio de las entradas destinadas a la afición visitante (30-40 euros), al Betis no le faltará apoyo en su visita de hoy al estadio de El Molinón. De hecho, se espera que en torno a 800 aficionados verdiblancos animen al equipo desde la grada.
En este sentido, muchos de ellos llegaron a tierras asturianas a lo largo de la jornada de ayer, dejándose ver y haciéndose notar por las calles de Gijón. Allí, disfrutaron de la compañía de numerosos hinchas rojiblancos que, como es habitual, los recibieron con los brazos abiertos, en medio de un ambiente de fiesta que alcanzará su punto más álgido en los prolegómenos del encuentro, cuando, una vez más, la hermandad será la nota predominante.
Y es que a nadie se le escapa que pocas aficiones se llevan mejor que la bética y la sportinguista, que quedaron oficialmente hermanadas en la última visita del cuadro de las trece barras a El Molinón (en enero de este 2015) y que, incluso, celebraron juntas el ascenso gijonés a Primera en la última jornada del pasado curso. Ahora, ambas vuelven a coincidir en un duelo de la máxima categoría donde la grada será protagonista, pero no por polémicas, sino por el buen rollo.