El análisis

No es el dibujo, es la actitud

Mel cambió el sistema tras lo del Depor a un 1-4-1-4-1, pero el equipo no comenzó a funcionar hasta que incrementó la intensidad.

No es el dibujo, es la actitud
Cuando adelantó la línea de presión e intensificó su juego, ahogó al Sporting. - Isabel Morales
Isabel MoralesIsabel Morales3 min lectura
Mel quería borrar el mal recuerdo del partido ante el Depor, en el que el equipo se mostró lento, sin velocidad en la circulación y escaso de intensidad. Para ello, introdujo importantes cambios en la alineación, empezando por el dibujo. Salvo lo esperado de Varela por Vargas en el lateral zurdo, el resto respondía a la necesidad de cambiar la imagen y tratar de buscar soluciones con N´Diaye como único pivote defensivo; Joaquín y Cejudo en los extremos; y Portillo de enlace, para conectar con Rubén, referencia en solitario. Pese a la buena intención, el planteamiento de Mel fallaba en origen. Para que funcionara el 1-4-1-4-1 que proponía, era condición ´sine qua non´ tener la pelota, para que N´Diaye no sufriera demasiado y el cuarteto de centrocampistas -ultra ofensivos- pudiera entrar en acción.

Pero, fue el Sporting de Gijón el que llevó la iniciativa en todo el primer acto, el que se adueñó del balón, y el que obligó al Betis a correr demasiado detrás de la pelota ante jugadores como Halilovic, Jony o Carlos Castro, extremadamente veloces y con eléctricos movimientos de ruptura.

Para colmo, en las escasas ocasiones en las que el Betis tenía el esférico, era Portillo el que le daba salida, pero casi nunca encontraba alternativas de pase, principalmente, por la buena presión del Sporting.

Con todo, lo cierto es que el Betis estaba sufriendo atrás demasiado. El Sporting martilleaba su flanco izquierdo, donde Varela no estaba teniendo su día. Hasta la pareja de centrales formada por Bruno-Westermann padecía la movilidad de los atacantes locales. Prueba de ello fue el gol de Carlos Castro (17´).

Tras el descanso, el cambio más significativo fue el de actitud, puesto que Mel mantuvo el esquema. No obstante, tras un presumible rapapolvo en el vestuario, sus chicos captaron el mensaje. Comenzaron a presionar arriba y a las primeras de cambio Joaquín había igualado el marcador merced a un robo de Cejudo en la medular que dio origen a una combinación entre Rubén Castro y el portuense, que éste remató casi a placer.

Fruto de esa intensa presión y del desgaste propio del Sporting, el Betis logró remontar al contragolpe. Balón de Adán en largo buscando a Rubén, que aprovechó un error en el despeje de Isma López para batir con un potente disparo desde la frontal a Alberto García.

Con la remontada, Mel fortaleció el centro del campo, pasando a un 1-4-4-2, con Petros y N´Diaye, y apeló al oficio y la solidez defensiva de sus chicos.

A la postre, intensidad más equilibrio igual a victoria.
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