Muy diferente podría haber sido el resultado si Marco Asensio hubiera vestido ayer de verdiblanco. Y bien pudo hacerlo. Porque el mallorquín estuvo en la órbita bética durante todo el verano. Finalmente, sin embargo, el traspaso de Kiko Casilla al Real Madrid le hizo emprender el camino contrario para jugar esta campaña como cedido en el Espanyol. Y bien que lo agradeció ayer el cuadro perico.
Todo el mundo habla maravillas de este chaval de 19 años. Y por si había alguna duda, ayer demostró que, pese a su juventud, tiene la calidad y el desparpajo necesarios para ser ya determinante en la elite. Los de Mel lo sufrieron en sus carnes, viendo cómo los tres goles blanquiazules partían de sus botas. En el primero, demostrando su golpeo a balón parado. En el segundo, su velocidad a la contra. Y en el tercero, su calidad para liarla en línea de fondo y tener el temple necesario para encontrar al compañero que entraba. Qué jugadorazo se le esfumó al Betis.