Decía Juanito que usted era una de las trece barras del escudo del Betis... - Es que Juan me quiere mucho (risas). Sentirse de la familia del Betis es un orgullo tremendo. Llegué con 15 para 16 años. He pasado momentos muy bonitos aquí y después de nueve años fuera, que te reciban así, te demuestren ese cariño y hablen tan bien de ti es muy difícil de asimilar. Yo sólo intento recompensar a la gente con mi aportación en todos los sentidos, intentando ayudar y colaborar, siendo yo. Me siento muy orgulloso de que la gente me quiera de esa manera.
- ¿Cómo se lleva eso de ser un símbolo para el beticismo?- Siendo uno más. Cualquier compañero se puede acercar a mí a la hora de compartir cualquier cosa. Me siento familia de los demás. Quizás estoy en otra etapa de mi carrera, pero soy muy normal. Gasto bromas, siempre me estoy riendo y el resto me ve como a otro cualquiera.
- No sólo le quieren en Heliópolis, también le regalan grandes ovaciones fuera de casa...- El otro día me decían: "no es que la gente vea que te vas a retirar pronto, sino que te quieren muchísimo". Y es verdad. Es el mayor don que uno puede tener, que la gente te tenga ese aprecio y ese cariño, recibiendo tantos aplausos en reconocimiento a tu carrera sin dejar de ser jamás como siempre has sido. Me siento agradecido y orgulloso de haber entrado en el alma y el corazón de tantos aficionados, habiéndoles hecho disfrutar con lo que yo he hecho.
- Supongo que todo eso servirá para compensar un verano tan complicado como el último...- Sin duda. Hay muchas cosas que compensan: volver a casa, enfundarte la camiseta del Betis otra vez, recordar muchísimas cosas, reencontrarte con amigos.... Ya sólo con la presentación que tuve valió la pena todo lo que hice y muchísimas cosas más. Porque yo sabía que traía ilusión y me esperaban, pero lo que me encontré en el Villamarín, jamás hubiese sido capaz de imaginarlo.
- En Italia habrá quien siga sin entender que cambiase al actual líder de la Serie A por un recién ascendido a Primera..- Pero yo no me quedo sólo con lo deportivo, valoro muchísimas otras cosas. Necesitaba volver a casa, a lo que siento y necesito. Al final lo puse todo en una balanza y fue lo que al final me llenó. Tenía claro desde tiempo atrás que volvería al Betis y lo hablaba con mi mujer. Lo que pesaba más era el sentimiento y lo que me decía el corazón. Fue duro, porque sabía que no sería fácil salir por la pretemporada que había hecho, porque el entrenador contaba conmigo y porque al presidente ni se le pasaba por la cabeza dejarme marchar. Pero la decisión ya la tenía tomada y era inamovible.
- ¿Y si la Fiorentina se hubiese negado a dejarle salir?- No sé qué hubiese pasado. A última hora se me pasaron muchísimas cosas por la cabeza. No me podía quedar porque no había marcha atrás. Si me hubiese dicho el presidente "no te vas a ir, pero tampoco vas a jugar", pues no sé qué es lo que hubiese hecho. Fueron momentos muy difíciles, aunque siempre tuve la esperanza de que se arreglase todo. El Betis hizo un gran esfuerzo y la Fiorentina vio que no me podía quedar. Esperaba que la sensatez cayese por su propio peso, pero sabía que aquello podía explotar por cualquier sitio. Al final, lo hizo por el mejor de los posibles.
- ¿Aunque se haya dejado en el camino la posibilidad de ser líder de la Serie A italiana?- Por supuesto. La Fiorentina no ha cambiado mucho. Ahora tiene un delantero que lo mete todo y eso es lo que hace que lidere la clasificación. Nosotros hicimos dos temporadas buenísimas, pero nos faltó gol. En campañas anteriores, si Mario o Rossi no se hubiesen lesionado, hubiésemos peleado por ganar la liga. Éramos el único equipo que jugaba con sentido.
- O sea, que ve al cuadro 'viola' peleando por ser campeón...- Si mantienen esa regularidad, van a pelear por el título o entrar en Champions seguro.
José Julián Fernandez5 min lectura