Betis y Athletic han mantenido a lo largo de la historia una relación muy estrecha. Cabe recordar que los verdiblancos jugaron su primera final nacional (Copa del Presidente de la República de 1931) frente al cuadro bilbaíno, que también fue el rival en el estreno en la máxima categoría (9-1 en San Mamés en la 32/33), el de la final en el primer título copero (1977) y el de las ‘semis’ en el segundo (2005). Incluso, dos de los fichajes más caros de cuantos ha hecho el conjunto vizcaíno llegaron procedentes de Heliópolis.
Es el caso de
Roberto Ríos, por quien los vascos pagaron la friolera de
12 millones de euros en el verano de 1997. Fue tras una espectacular temporada del central, que se convirtió en uno de los puntales de aquel equipo que acabó cuarto en
Liga y al que se le escapó la
Copa del Rey en el último suspiro de la prórroga ante el Barça (3-2). Tal fue su éxito que, además de llegar a la selección, clubes de la talla del Real Madrid o el Manchester United llamaron a su puerta, aunque sin fortuna, ya que acabó marchándose a un Athletic donde la suerte le fue esquiva. No en vano, siempre le pesó demasiado el altísimo precio que se pagó por él.
Años más tarde, en 2013, siguió su estela
Beñat, que acabó en San Mamés a cambio de 8,5 millones de euros más 0,5 en variables (0,2 fueron abonados por los bilbaínos hace unas semanas). De este modo, el de Igorre se convirtió en el segundo fichaje más caro del club vasco, condición que perdió este verano en favor de
Raúl García (9+1). Ahora, por fin, parece que el medio vuelve a ser el que brilló en el Betis.