Presupuesto del Betis: el dinero en el campo, pero una herencia envenenada

A los actuales dirigentes del Real Betis se les podrá criticar por contratar a Eduardo Macià para que entre éste y Pepe Mel realicen los fichajes, pero al menos han destinado casi el 60 % del presupuesto en hacer el equipo. Un grave problema: pesa sobre ellos un error de bulto del pasado.

La temporada 2013/2014 los dirigentes del Betis se equivocaron por invertir sólo un 42 % del presupuesto en un plantel que disputaba competición europea y que se fue a Segunda división marcando hitos históricos negativos (lograr tan sólo 25 puntos, entre otros). Fue un año en el que se dio, de forma errónea, prioridad a las cuentas.

El Betis manejó un volumen de negocio de 50 millones de euros, 30 de los cuales llegaron vía derechos de televisión y otros 6, por ejemplo, a través de la Europa League en la que acabó eliminado frente al Sevilla FC. Aquel ejercicio lo cerró el club con casi 20 millones de euros de beneficio después de haber gastado tan sólo 24 ´kilo´ en una de las plantillas más baratas de los últimos años. Pero de nada sirvieron las arcas llenas. El equipo acabó descendiendo a Segunda división y la entidad dejó a una afición absolutamente desencantada.

De los errores se aprende, o al menos eso parece, y esta campaña no se les podrá lanzar el mismo reproche. Gran parte de los ingresos que se esperan obtener en la temporada en curso irán destinados a pagar a todos los componentes del primer plantel y, de forma ya menos significativa, a los jugadores y técnicos de la cantera.

Concretamente, el primer equipo del Betis cuesta 30,24 millones de euros, cantidad en la que se incluyen las fichas de todos los jugadores inscribibles, así como las variables por objetivos (tanto individuales como primas colectivas), la Seguridad Social y amortizaciones. Esta cantidad supone un 57,86% del presupuesto total que espera ingresar 52,26 millones de euros, por lo que aún tiene margen, hasta el 70 %, para fichar. Ese es el límite que impone la FIFA y el Reglamento de Control Económico de la Liga de Fútbol Profesional.

Pese al esfuerzo realizado en el apartado económico, una gran parte del dinero se ha tenido que destinar a cubrir el compromiso adquirido con muchos jugadores, a los que se les pidió un esfuerzo económico al bajar el equipo a Segunda, y a los que se les prometieron las cantidades importantes que cobraban si el Betis volvía a Primera. Ese escenario dejó una herencia envenedada que permitió tener a uno de los mejores equipos en la división de plata, pero que ha hipotecado a la entidad a la hora de fichar a futbolistas que puedan ofrecer un mayor rendimiento en Primera.

Por otra parte, la plantilla no inscribible, es decir, la cantera (a la que pertenecen, por ejemplo, Varela y Fabián) cuesta 3,45 millones de euros, aunque en este apartado también se incluye la partida destinada a toda la secretaría técnica y que asciende a 900.000 euros.