Tras su presencia testimonial en las últimas semanas

Molina, un goleador tardío

Molina, un goleador tardío
Molina, en un entrenamiento junto a Joaquín. - E. García
Enrique GarcíaEnrique García3 min lectura
A los buenos jugadores siempre hay que esperarlos. A los que llevan años demostrando que tarde o temprano responden, más aún. El comienzo de Jorge Molina esta temporada en el Betis no ha sido fácil. Comenzó como titular pero el hecho de que le cueste más alcanzar el tono físico idóneo y algún problema con las lesiones acabó provocando que tuviera una presencia testimonial en las últimas semanas en el Betis.

Pepe Mel conoce bien a Molina y sabía que acabaría respondiendo. Lo hizo ante el Celta con un gol que hizo algo de justicia con lo visto sobre el terreno de juego y también con la profesionalidad de un delantero que acostumbra a golear más con el paso de las jornadas que al inicio de la campaña.

Y es que es la tercera ocasión desde que milita en el Betis en la que Molina alcanza la jornada 14 con sólo un gol en su haber. Le ocurrió en la 11/12 y en la pasada campaña. En la 10/11 sólo había marcado en dos de los primeros 14 encuentros ligueros (un 'hat-trick' y un doblete) y en la 13/14, con Rubén Castro lesionado en el inicio de temporada, también anotó cinco dianas, aunque fue el único curso en el que mojó más al principio que al final. En este sentido son especialmente llamativas sus temporadas en Segunda, pues en la 10/11 anotó cinco goles antes de la jornada 14 y acabó con 18 y la temporada pasada pasó de un tanto a 19.

100 partidos en Primera

No tuvo mejor manera de celebrar su partido número 100 en Primera división que con una diana que dio un punto muy sudado al Betis. 100 duelos en los que ha marcado 29 dianas y ha dado 9 asistencias. Con estos 29 goles escala un puesto en la tabla de goleadores verdiblancos en la máxima categoría y se coloca en el puesto catorce, igualado con Lobo Diarte y Víctor Unamuno y a sólo cinco de entrar en el ´top ten´ del equipo verdiblanco.

200 goles junto a Rubén

Pero la historia de Jorge Molina en el Betis no se puede disociar de la de su mejor socio en el ataque verdiblanco: Rubén Castro. El canario no pudo brillar contra el Celta como acostumbra, pero sí que se alegró con el gol de su compañero de fatigas, un Molina con el que se entiende a las mil maravillas y con el que sigue acumulando registros. El gol de Molina contra el Celta supuso el 200 entre ambos desde que militan en la escuadra de las trece barras: 123 obra del canario y 77 conseguidos por el futbolista de Alcoy.
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