Cada vez que un fichaje no rinde en sus primeros partidos como de él se espera, el argumento más recurrente es el de la falta de adaptación. Pero en el caso de
Petros, ese tópico se ajusta más que nunca a la realidad.
Sus primeras actuaciones dejaron muchas dudas. Muchos cuestionaron incluso la valía para el fútbol español de un brasileño de 26 años que no alcanzó la elite en su país hasta el pasado año. Pero tres meses después, el centrocampista se ha ganado a pulso ser uno de los baluartes en el conjunto de
Pepe Mel, otorgando el necesario equilibrio en la medular y, a la vez, aportando claridad en el pase y llegada a la meta rival.
El ex del
Corinthians, de hecho, viene liderando las estadísticas individuales de su equipo en los últimos partidos, firmando ante el
Celta una de sus actuaciones más completas. Por sus características, a Petros se le pide intensidad y eficacia en la presión. Y, efectivamente, ante los vigueses fue el jugador que más balones robó, con nueve. De una de esas recuperaciones, además, llegó la roja a
Jonny, obligado a derribarlo cuando el brasileño se marchaba solo.
Pero, además, el de
Juazeiro se está destapando por sus dotes combinativas. No en vano, fue el segundo con más pases buenos (47 de 51), con un 92% de acierto, siendo también el bético que más ocasiones creó, con cuatro. Una de ellas, vital para rescatar un punto, al regalarle el gol a
Jorge Molina y firmar así su segunda asistencia en una semana, tras la que le dio a
Vadillo ante el Sporting en Copa. Motivos sobrados para que se haya ganado la confianza de Mel y sus elogios: “Parece que no está, pero roba mil balones, corre mucho y aguanta hasta el final”.