El Mundo Deportivo asegura que practicó el "antifútbol"

Y por si fuera poco... en Barcelona llaman al Betis violento, provocador...

Y por si fuera poco... en Barcelona llaman al Betis violento, provocador...
Bruno y Westermann se tuvieron que retirar lesionados
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura
'Además de cornudos, apaleados' señala el dicho popular. No es literalmente lo que aquí ocurre, pero llama la atención que después de que al Betis un árbitro vasco le 'robara' la cartera en el Camp Nou, dejara al equipo sin técnico para el importante partido del domingo y con dos lesionados, desde Barcelona califiquen al equipo de Pepe Mel poco menos de barriobajero y de violento, al técnico verdiblanco de tener "desviado el sentido del fútbol", además de acusarlo de tener esta concepción del juego por tener el corazón madridista, y pedir la expulsión para varios jugadores del conjunto heliopolitano. Y por si fuera poco, asegura que Vicandi Garrido es "cómplice" de todo ello. Ver para creer.

Todo esto lo expresó Francesc Perearnau, subdirector de El Mundo Deportivo, en un artículo que tituló 'El arte de ganar es azulgrana' y que dice así literalmente:

"El pasillo inicial del Betis al campeón del Mundo, un detalle plausible sin duda, sólo era una trampa. No hubo nada amistoso en la actitud casi bochornosa de los béticos en su intención, rozando la violenta, de romper al Barça por la única vía del antifúbol. En vano, afortunadamente, porque el líder replicó con sus recursos de siempre, esperar su momento y decidir en cuestión de minutos.

A Pep Mel lo podrían haber expulsado antes sólo por cómo planteó el partido a base de patadas, juego sucio, provocaciones y los peores recursos, completamente ajenos al fútbol, a ver si la generosa y recurrente permisividad de los arbitrajes contra el Barça daba para impedirle jugar y evitarse la goleada. Mel se sabía evidentemente inferior y trató de afear el partido todo lo que pudo, un objetivo que había conseguido en el tiempo récord de tres minutos, del cero al tres, periodo en el que tres de sus hombres, Molinero, Cejudo y Potros, debieron ver amarilla cuando menos e incluso la roja aplicando el reglamento con un poco de rigor.

La propuesta blanquiverde en esos términos bélicos sólo podía ser la obra de un entrenador de corazón blanco y un desviado sentido del fútbol, del espectáculo y de la deportividad. Los disgustos, sin embargo, se los acabó llevando el Betis por esa caprichosa forma en la que el fútbol ejerce su propia justicia, pues antes del descanso el ejército de Mel había sufrido dos bajas por lesión y encajado tres de goles. En realidad debió ser mucho peor, habría sido más correcto que el torpe –o quizá no- Iñaki Vicandi, colegiado vasco obsesionado con hacerse un buen nombre en los ‘madriles’ a costa del Barça, se hubiera ahorrado la expulsión del técnico del Betis, total para insistir en dar coces no hace falta estar en el banquillo, y las tarjetas las hubiera administrado adecuadamente contra la violencia del rival del Barça".
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