Gabinete de crisis en el Betis sin giros drásticos

El gabinete de crisis que han generado las dos goleadas encajadas por el Betis de manera consecutiva, especialmente la del domingo en casa ante el Eibar, no deparará soluciones drásticas a corto o medio plazo, según se acordó esa misma noche en la reunión de urgencia que celebraba el consejo de administración verdiblanco en las entrañas del Benito Villamarín. Sin la unanimidad de otras ocasiones, todo sea dicho, los rectores heliopolitanos entienden que la destitución de Pepe Mel no es la mejor solución, al menos a estas alturas, hasta el punto de que no ha habido, de forma tácita o explícita, ultimátum para el madrileño. Lo que no quita que, de producirse una eliminación sangrante en las formas y los resultados ante el eterno rival en la Copa del Rey, así como otra derrota frente a un teórico rival directo como el Getafe, el debate sobre la continuidad del míster se reabriría. Una perogrullada, aunque también una realidad. Como el hecho de que una de las labores de toda secretaría técnica es mantener actualizada la lista de posibles sustitutos para el cuerpo técnico, compuesta tanto por seguimientos como por ofrecimientos, que se han multiplicado en las últimas fechas.

El resultado de este cónclave fue comunicado de manera inmediata al interesado, citado a mediodía de ayer para que se incorporara al de la comisión deportiva, pues una de las determinaciones es acudir al mercado invernal “de verdad”, como apuntaba a ESTADIO Deportivo una fuente directa. Eso se traduciría en más de una incorporación antes de que expire el mes de enero, así como dar salida a los jugadores que no cuentan para el de Hortaleza, quienes rondan la media docena. Eso sí, se cuestionó a Mel sobre sus últimos pronunciamientos públicos, empezando por la entrevista que concedió la semana pasada a este periódico, donde confesaba que no se ve en el puesto que actualmente ocupa más allá del próximo 30 de junio, a pesar de contar con otra campaña más de contrato. En esa misma línea versó la rueda de prensa posterior al 0-4 frente al Eibar, que molestó, si cabe, más a la directiva verdiblanca, pues varios de sus miembros creen que el preparador estaba pidiendo a gritos su destitución. En frío, el ex rayista no solamente ratificó su compromiso con el club y con el vestuario, sino que dejó claro que se ve con fuerzas y animado para afrontar lo que queda de campeonato.

Eso sí, en el intercambio de ideas, desde el consejo prometen a Mel un esfuerzo invernal para satisfacer sus exigencias en materia deportiva, aunque le piden cierta mesura a la hora de referirse al futuro, especialmente al suyo. El entendimiento y la sintonía, al parecer, no se han visto minados de manera reseñable. O, al menos, ése es el mensaje que filtran desde la planta noble del Coliseo de La Palmera. Entre otras cosas porque la figura de Eduardo Macià, de puertas para adentro, tampoco genera ya el respaldo de hace unos meses. De hecho, para ser del todo precisos, las simpatías entre los responsables béticos se reparten entre el entrenador y el director deportivo, rememorando épocas no tan pretéritas, con la diferencia de que, entonces, la relación entre estas dos figuras se encontraba mucho más deteriorada que la actual. Calma chicha en Heliópolis.