Como en cada derbi sevillano, el ambiente en las gradas del Estadio Benito Villamarín fue el de las grandes citas, con la pasión propia de estos encuentros, si bien la entrada fue sensiblemente inferior al disputado hace 18 días en el mismo escenario.
El Real Betis realizó una atractiva promoción para sus abonados a última hora, pero finalmente acudieron 36.832 espectadores, casi 14.000 aficionados menos que en el anterior partido Liga.