Opinión

Minuto uno: Los valiosos errores de Pepe Mel

Minuto uno: Los valiosos errores de Pepe Mel
- Joaquín Adorna
Joaquín AdornaJoaquín Adorna3 min lectura
La reunión club-Pepe Mel dio sus frutos. Al menos, aunque sólo sirviera para cambiar el discurso público del técnico y su disposición. Mel ayer sí hizo verdadera autocrítica y mostró un talante que le ayuda y que, seguramente, también ayuda al Betis. Reconoció que ha debido hacer muchas cosas mal cuando ha perdido el respaldo de una grada que no hace mucho creía ciegamente en él y, aunque lanzó un par de dardos a Macià recordando lo difícil que es dejar a once jugadores sin convocar o pidiéndole que haga lo que hace el Málaga, fichar a Chory Castro -rendimiento inmediato-, lanzó los mensajes en un tono diferente, con una naturalidad que sonaba a crítica sana más que a hostil reproche.

Mel ha dado un paso al frente. En el club, en cambio, no se percibe el más mínimo cambio. Ni el presidente Ollero, ni Haro o Catalán, que tanto han salido a la palestra para pedir el apoyo de los béticos ante las cruciales juntas de accionistas, sacan a pasear la voz. Nadie ha dado la cara para reforzar públicamente a su entrenador, para reconocer que los errores deben ser compartidos por todos los que manejan el mismo barco. Es más, se reúnen con Mel y con los capitanes por separado, la mejor forma de desunir y despertar sospechas.

Si a Mel se le critica cuando parecía estar forzando una situación insostenible que acabara en su despido, ahora, en su discurso más oficialista, hay que darle la razón. El silencio de la otra parte, que debe ser la misma, retrata a unos dirigentes que o no saben lo que deben hacer, o lo están haciendo maniobrando torpemente, o tienen a un magnífico parapeto que les protege. La poca firmeza que muestran sólo es viable porque tienen a Mel como escudo. Y, salvo que actúen con valentía y estas letras queden en papel mojado, lo van a utilizar hasta que la situación sea insostenible, entre otras razones porque el despido de Mel sale infinitamente más barato si el Betis se encuentra en zona de descenso, pues sólo cobraría lo trabajado.

El mango de la sartén lo tienen los dirigentes, pero el mejor Mel, el que habló ayer, el que parece dispuesto a resetear y a centrarse en sacar rendimiento a sus jugadores, está muy por encima de quienes se sientan en el palco. Sus sinceras palabras, aun equivocándose, valen mucho más que el interesado y cobarde silencio de los que mandan. ¿O no?
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