Después del petardazo copero del miércoles, el
Betis se juega los puntos, el alimento diario, en
Getafe, en un ambiente algo tenso después de todo lo sucedido curiosamente desde el famoso penalti de
Barcelona. Al Betis de hoy le hace falta un giro importante, un reseteo de la plantilla principalmente aligerándola de ´carga´ y, por supuesto, imprimiéndole calidad y velocidad con alguna cara nueva. En un equipo ganan y pierden todos, así que cuantificar el grado de culpa de cada uno parece algo absurdo en este momento de la temporada. Lo ideal sería ver las posibilidades económicas del club, las opciones que te da el mercado y que entrenador y director deportivo consensúen las opciones que puedan venirle mejor al equipo. Pero, por favor, no cometan el error de la temporada del último descenso:
Pepe Mel, con sus cosas, (quién no las tiene) es la persona indicada para manejar este equipo. No se me ocurre otro capaz de enderezar el rumbo. Ya vimos experimentos pasados que hasta comisionaban por la llegada de un jugador,
Baptistao de apellido, de cuyo nombre no quiero acordarme. Una vergüenza.
Lo que ocurre en el entorno que rodea al Betis es que se echan las campanas al vuelo negativamente muy a la ligera, se dramatiza como si de casi un descenso se tratara el hecho de llevar una racha negativa. A problemas, soluciones ahora que estamos a tiempo, y no tirar de soluciones desesperadas y menos con veinte puntos en el casillero en casi media vuelta. Además, vivir del pasado y de antiguos héroes verdiblancos es muy peligroso y contaminante, cuenta el hoy y el ahora.
La reacción debe comenzar esta tarde en el
Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, por cierto, héroe verdiblanco que bien haría el Betis en honrarlo con una victoria, no sólo recordando lo bien que lo hacía. Porque es en la
Liga donde el Betis debe conseguir la tranquilidad cuanto antes. El derbi duele, claro que duele, pero el verdadero infierno estaría en volver a dar con los huesos en
Segunda. Así que, recuerden, sin Liga no hay paraíso.
Hugo Salazar3 min lectura