Tras la buena imagen ofrecida en
El Madrigal, cualquier opción a la sorpresa ante el
Real Madrid pasa por reencontrarse con el gol. Después de seis encuentros consecutivos en Liga sin ver portería, en la que es la peor racha de su historia, el conjunto verdiblanco necesita explorar de nuevo esa senda para elevar su confianza. Y nadie como
Jorge Molina para enseñar el camino. No en vano, el de Alcoy tiene en el conjunto merengue a su víctima favorita en Primera, con cuatro goles en siete partidos.
Además, se da la circunstancia de que
Molina ha mojado ante el Madrid en todas sus campañas en la máxima categoría, salvo en la presente, de momento, después de que en la primera vuelta disputara la segunda mitad y no pudiera batir a
Keylor Navas.
Así, en la 11/12 lo hizo tanto en el Bernabéu (4-1) como en el Villamarín (2-3), mientras que en la 12/13, de penalti (3-1), y en la 13/14 (2-1) repitió en Chamartín. Ninguna de sus dianas, sin embargo, sirvió para sacar algo positivo, ya que de sus siete enfrentamientos ante los madridistas el alcoyano perdió seis y sólo ha celebrado una victoria por la mínima, que se encargó de certificar
Beñat.
Sea como fuere, y ante la sequía por la que atraviesa su gran socio, un
Rubén Castro que no marca desde finales de noviembre, ante el Levante,
Molina puede ser una de las grandes bazas de
Merino para tratar de acabar con la mala racha anotadora. Como ha ocurrido con otros que apenas contaban para
Mel, el ex del Elche tiene ante sí la oportunidad de recuperar el protagonismo perdido en una campaña en la que sólo ha disputado 573 minutos en Liga y ha anotado un sólo gol, precisamente el último de su equipo en el torneo, frente al Celta.