Betis 2-2 Rayo: Manucho le quita al Betis lo que Rubén le había dado

Empate con sabor amargo el conseguido hoy en el Benito Villamarín por un Betis que fue capaz de lo mejor y de lo peor, adelantándose por dos goles a cero a la media hora de partido y brindando el empate al Rayo durante los primeros cinco minutos de la segunda mitad. Un punto que, a todas luces, vale poco en Heliópolis, después de que los de Juan Merino apaciguaran con dos goles de Rubén Castro a un Rayo que salió enrabietado desde el principio, aproximándose a la portería de Adán desde el minuto uno de partido, por medio de una incursión de Bebé por la izquierda, primero, y de Embarba, después, estrellando el balón en el larguero en el minuto siete. Un Rayo Vallecano que hacía mucho daño por la banda de Molinero, ante la ausencia por lesión de Montoya, y que fue de más a menos durante los primeros 45 minutos gracias, fundamentalmente, a los goles de un Rubén Castro que dio dos zarpazos cruciales para los intereses verdiblancos.

Sería en el minuto 14 cuando llegaría el primer tanto del canario, después de que Molinero, desde la derecha, se sacara un centro medido para que el '24', entre los centrales, abriera el marcador. Llorente, en el 25', sería quien taponaría una nueva llegada bética, tras una buena jugada de Vargas por la izquierda y un sensacional pase atrás de Ceballos que Rubén Castro controló de espaldas y, tras girarse, acabó siendo repelido por la defensa vallecana. El Betis apretaba y pronto llegaría el segundo, aunque en claro fuera de juego. Rubén Castro, en posición incorrecta, cabecearía a la red en el 28' un saque de esquina botado por Vargas desde la izquierda que Jorge Molina, anteriormente, peinó en el área. Con el 2-0, el Betis de Juan Merino se mostró mucho más cómodo sobre el terreno de juego. Y así pudo llegar el tercero en el 37', pero Joaquín mandaría fuera el esférico tras una buena contra verdiblanca. Sería Juan Carlos, a cinco del paso por vestuarios, quien con una gran estirada evitaría el 3-0 tras un fabuloso lanzamiento de falta del portuense por encima de la barrera. Jorge Molina, con una semichilena, mandaría el balón arriba en el rechace.

Mucho más truculento sería el inicio de la segunda mitad, habiendo movido Paco Jémez el banquillo y habiéndole dado entrada a Manucho, por Miku, con molestias. Y es que el angoleño convertiría por sí solito en un espejismo todo lo que se había vivido anteriormente en el Benito Villamarín, igualando la contienda en tan sólo cinco minutos. Sería en el 48' cuando Manucho, con un cabezazo, acortaría distancias tras un pase medido de Trashorras que, entre otras cosas, sirvió para poner en evidencia a Pezzella; una suerte similar a lo que ocurriría en el 51', cuando el corpulento delantero, con una chilena, remataría en el área pequeña una falta lateral de Llorente para desconsuelo de Bruno, que quedó retratado. Dos a dos en el marcador y el partido patas arriba cuando parecía tenerlo controlado el Betis. A partir de ahí, cualquiera de los dos conjuntos pudo hacerse con la victoria, siendo los de Merino quienes rozaron más el tercero, especialmente, durante el epílogo del mismo. Bebé, en el 53', sería quien lo intentaría por medio del Rayo, que bien pudo protagonizar el error de la jornada instantes después, en una cesión de Iturra que le pasó por debajo a Juan Carlos a la hora de despejar y que se marchó rozando la portería.

Con los nervios a flor de piel por parte de uno y otro equipo, Merino hizo debutar al brasileño Damiao, quien estrelló un balón en la defensa madrileña en el 61'. No estuvo especialmente fino el brasileño en su primer encuentro como verdiblanco, errando también un disparo en el área a centro de Fabián, que había entrado en el terreno de juego por Molinero. En el 83', un tiro de Musonda saldría repelido tras botar en los pies de Rubén Castro, mientras que ya en el añadido sería la cruceta quien escupiría un lanzamiento de Dani Ceballos que supondría el final del encuentro.

Un doloroso empate que vuelve a poner en evidencia que el Betis sigue viviendo de los goles de Rubén Castro, que la retaguardia verdiblanca deja mucho que desear y que mucho tiene que mejorar Damiao si quiere convertirse en un refuerzo de garantías para este tramo final de la temporada.