Análisis del Rayo Vallecano

La imprevisibilidad en estado puro

La imprevisibilidad en estado puro
La posesión es su gran arma. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 2 min lectura
La franjirroja es una escuadra sin término medio, capaz de golear (guarismos de lucha por Europa) y ser goleada (nadie encaja más en Primera), incluso de pasar de una a otra situaciones durante un mismo partido. Con el riesgo asumido como hábitat natural, los vallecanos no van a la guerra para hacer prisioneros. Nunca especulan: matan o mueren. Hasta parece que les sepan mal los empates, interpretados no ya como mal menor, sino como algo muy parecido a una derrota. La posesión es su gran arma, su argumento inexcusable, su forma de vida. Por eso, sufren si se les presiona muy arriba casi tanto como cuando les esperan bien pertrechados para asestar una contra mortal a la espalda de su retaguardia.

Defensa adelantada, de salida escalonada a la presión al poseedor del balón y con laterales profundísimos constituyen el primer escalón del 1-4-2-3-1 de partida para el técnico cordobés de origen grancanario, ya que basta un marcador en contra para que la valentía se torne en inconsciencia. Son muchos los encuentros que acaba con una zaga de tres en la que el sacrificado suele ser un central. Esta campaña, ha preferido adelantar a Jozabed (hoy ausente) y proteger a Trashorras para que el gallego esté más suelto. En las tres posiciones más adelantadas, ha ido haciendo múltiples probaturas, asentándose Bebé, Miku y Pablo (hoy lo suplirá Embarba) por su rendimiento reciente.
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