El Análisis

El balón como mejor amigo del Betis

El balón como mejor amigo del Betis
El Betis se alió con la pelota en Cornellà. - Fernando Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 2 min lectura
A los veinte minutos, el Betis ya había encarrilado un triunfo vital. Era el fruto a un planteamiento atrevido. Merino juntó a los 'jugones' para cambiar el 4-4-2 empleado en los cuatro últimos partidos por un 4-2-3-1, con Fabián de enganche, y su equipo creció con el balón en los pies. Ejerciendo una efectiva presión adelantada, y con Vargas doblando continuamente por su costado, los verdiblancos buscaron con decisión el marco rival y se gustaron con la asociación de sus hombres de calidad, sacando además petróleo por medio de la estrategia.

A través de esa posesión, con Ceballos como manija en la medular, el cuadro bético sometía a un Espanyol que intentaba estirarse con pocas ideas. Pero esta vez la lección del Rayo parecía aprendida. No hay mejor manera de defender tan jugosa renta que hacerlo con el cuero en los pies. Y eso hicieron los de Heliópolis, solidarios en el esfuerzo para realizar los repliegues defensivos e inteligentes a la hora de trazar los fueras de juego, sin olvidarse de tocar y tocar para jugar en campo rival y elaborar largos ataques que serenaban los ánimos locales.

Con todo, apretaron los pericos tras el descanso, y Merino corrigió adelantando a Ceballos y dando entrada a Xavi Torres para fortalecer el centro del campo. Ahora sí, el técnico linense prefirió que el Espanyol llevara la iniciativa, dentro de sus limitaciones, y espero atrás para intentar explotar el contragolpe con la endiablada velocidad de Musonda. Un plan más conservador que, no obstante, hizo bueno un golazo de Vargas. Ahí acabó todo. Es más, con espacios, bien pudo llegar el cuarto para redondear un efectivo y vistoso partido que permite respirar.
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