El Betis ha superado de largo su productividad anterior

El laboratorio de Juan Merino

El laboratorio de Juan Merino
La pierna zurda de Vargas está siendo fundamental en la recuperación del acierto en la estrategia. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura
La mejoría física de Juan Vargas se ha traducido, inevitablemente, en un crecimiento de sus prestaciones sobre el terreno de juego, siendo el peruano el principal beneficiado. Sin embargo, el equipo está obteniendo réditos importantes también, habida cuenta de la creciente aportación del dorsal 11 en una de sus especialidades: el balón parado. De esta forma, con el carrilero zurdo como ejecutor en todos los casos, el Betis acumula ya cinco tantos de estrategia, concentrados en los cuatro últimos encuentros, donde la escuadra heliopolitana convirtió ocho. En términos globales, cinco de las siete dianas más recientes han sido generadas en el laboratorio de Juan Merino, con el mencionado Vargas como ingeniero jefe. No está mal para haber dirigido únicamente ocho duelos del torneo doméstico, corto periodo en el que el cuadro verdiblanco ha superado con creces su productividad anterior con Mel (cuatro tantos a pelota parada en diecinueve entregas).

Todo arrancó con el 1-2 en Riazor ante el Deportivo, que acabaría empatando aquel choque por medio de Faycal Fajr. Fue el primero de falta en toda la temporada, merced a un libre indirecto en la frontal que puso en juego en corto Rubén Castro para que el internacional andino mandase el balón al fondo de las mallas. Acción calcada a la que, de momento, cierra la serie, acontecida este jueves en Cornellà-El Prat y con los mismos protagonistas, aunque, en esta ocasión, Vargas prefirió no disparar raso, sino merodear la escuadra con un latigazo imposible para Pau López.

Entre medias, el ex de la Fiorentina se vistió de asistente contra el Sporting en el Benito Villamarín para igualar rápidamente la desventaja obrada por una contra de Halilovic que había finalizado magistralmente Carlos Castro. El peruano botó inmediatamente una falta lateral al corazón del área para que Pezzella, de primeras y con el pie derecho, firmase el empate. En el siguiente partido, también en la Avenida de La Palmera, Vargas volvió a iniciar una jugada con premio, en ese momento el 2-0, fruto de un córner al primer palo que peinó Jorge Molina para que Rubén Castro, en posición ilegal, anotase un ´chicharro´ que parecía decisivo, si bien el Rayo Vallecano logró empatar por la vía rápida en la reanudación.

El penúltimo gol de estrategia con Merino llegaría en la jornada intersemanal ante el Espanyol. En concreto, el que abría el marcador a los diez minutos: Vargas enviaba una falta lateral y lejana al segundo palo para que Pezzella la devolviera de primeras al contrario, fuerte y abajo, muy difícil para el meta 'perico' y con ventaja para Rubén Castro. Tras el tanto que sirvió Musonda al central argentino poco después, llegaría el que completa la nómina hasta el momento, resultado, como ya se ha dicho, de una nueva colaboración entre la fructífera sociedad que conforman el artillero grancanario y el lateral bautizado cariñosamente en su tierra como el 'Loco'. Este último, por cierto, está callando bocas a la vez que ayuda al Betis a acariciar el objetivo, desenterrando un arma infrautilizada.
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