Ricky se desquita en un año difícil

Es uno de los señalados del ‘plan Macià’ y su temporada ha estado plagada de sinsabores. Salvo una buena noche en Copa, Ricky Van Wolfswinkel apenas ha contado actuaciones positivas en el que esperaba fuera un año para recuperar sensaciones.

Ayer por fin pudo reivindicar su figura como goleador con la primera diana de la temporada. Ingresó en el terreno de juego como la última bala de Merino, con 24 minutos por delante. Buscó el gol desde el principio e incluso se estorbó con Rubén en una acción que debió ser el primero del Betis. Lo encontraría poco después. Tiró el desmarque entre los centrales, esperó el preciso pase de Ceballos, controló y enfiló la portería de Lizoain. Sólo quedaba elegir el palo y ajustar el disparo. Eligió el más cercano al balón. El portero insular ni la olió y el holandés tuvo al fin la oportunidad de recrearse en la celebración. Un gol que no salva su temporada, pero le permite una mínima alegría. Tiene cuatro partidos para que no sea la última.