Queda un mes y un día para que arranque la pretemporada del
Betis y, de alguna manera, eche a andar el ilusionante proyecto 2016/2017, lejos de ser considerado una condena, pero tampoco una bendición en lo que a ritmo y nombres se refiere. Abanderado por Miguel
Torrecilla y Gustavo
Poyet, hasta el momento son ellos y
Durmisi las únicas caras nuevas en verdiblanco, si bien hay un margen suficiente de maniobra para que el 7 de julio haya bastante planificación adelantada en la vuelta al trabajo de los profesionales.
El míster uruguayo, que lleva casi dos semanas descansando en Montevideo, aterrizará esta semana en Sevilla para tratar de dar un impulso a la misma, pese a que está en permanente contacto con el director deportivo y con
Marcos Álvarez. De todas formas, dado que el preparador físico pasará sus vacaciones en una playa del litoral andaluz, a tiro de piedra de la capital hispalense, definirá con Poyet algunos asuntos importantes de su parcela, dado que el ex de AEK, Sunderland y Brighton sólo tiene previsto ausentarse unos días antes de final de mes para pasar por su casa de Londres, aunque ya quiere establecerse definitivamente en el que será su hogar, como poco, los dos próximos años. ´Entretenimiento´ tendrá de sobra, porque, a día de hoy, no se ha podido colocar a ninguno de los muchos descartes, al tiempo que únicamente llegó uno de los diez fichajes pretendidos, Riza Durmisi.
Para el resto de la retaguardia, lateral zurdo aparte, las gestiones están bastante verdes. Han sonado pocos nombres, algunos de ellos insertados con calzador como futuribles del conjunto heliopolitano, mientras que se está pendiente de reconducir las cosas con el Barcelona para que pueda regresar
Montoya. Algo mejor pinta el futuro de
Musonda, si bien en la planta noble del Villamarín no las tienen todas consigo. Además, arriba y en los extremos, de momento, agua, al tiempo que se avanza tímidamente por dentro con
Jonas Martin, pero restaría otro efectivo para la sala de máquinas, puesto que no está claro que
Felipe Gutiérrez sea una vida viable. Poco para que el Betis 16/17 empiece a ser reconocible, aunque, al menos, lleva ventaja a la mayoría de sus rivales.