El derribo de la grada de Gol Sur del estadio Benito Villamarín ha comenzado esta tarde y supone el inicio de un proyecto en el que el Real Betis invertirá casi 15 millones de euros, generará más de 350 puestos de trabajo y estará terminado en agosto de 2017.
Las máquinas empezaron a demoler el vetusto graderío, que data de 1972, poco después de las 20.00 horas ante unos trescientos aficionados verdiblancos que se concentraron en el estadio para asistir a esta demolición y al comienzo de esta obra calificada por el presidente del Betis, Ángel Haro, como "histórica".
Al comienzo de estas obras han asistido Haro, su vicepresidente, José Miguel López Catalán, el nuevo entrenador del Real Betis, el uruguayo Gustavo Poyet, y su director deportivo, Miguel Torrecilla, así como casi todo el consejo de administración del club.
El autor del proyecto es el arquitecto Antonio González Cordón y las labores de consultoría y gestión de obra las desarrollará la empresa IDOM, que ganó el concurso convocado al efecto y también fue responsable de la obra del nuevo estadio de San Mamés.
La nueva grada ampliará su capacidad desde los 5.000 asientos actuales hasta los 15.000, con lo que el Benito Villamarín incrementará su aforo hasta los 60.000 espectadores.
Además de la demolición de la antigua grada y la edificación de la nueva, esta actuación también incluye la construcción de la escalera de acceso a Voladizo y la mejora de la imagen del conjunto del estadio, entre otras intervenciones.
El Gol Sur, la zona donde se ubican los aficionados más animosos del Betis, es la grada más antigua del Benito Villamarín, pues data de 1972, mientras que Preferencia fue erigida para el Mundial de 1982 y tanto el Gol Norte como Fondo son construcciones más recientes, ya que se inauguraron en enero de 2000.
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