Sanabria cumple los plazos

Tonny Sanabria y la Roma limaron este martes los últimos flecos (relativos a la nueva relación que se generaría en caso de ser repescado en el futuro por la entidad italiana), solución pospuesta por un problema personal de un miembro de la secretaría técnica de los ‘giallorossi’ y ayer tarde se produjo ya el ansiado permiso al paraguayo para que éste viaje al fin a Sevilla para pasar el reconocimiento médico y firmar un contrato hasta el 30 de junio de 2021 con el Betis. Como avanzó ESTADIO Deportivo en su última edición, el plan pasaba precisamente por estos plazos, que se cumplieron a rajatabla para satisfacción de todas las partes. Así, al delantero se le espera hoy sobre las 11:00 horas en el Aeropuerto de San Pablo, pues tomará un poco antes de las 09:30 un vuelo desde El Prat, ya que lleva varias semanas de vacaciones en su casa de Sitges, localidad muy próxima al aeródromo barcelonés.

No había, tal y como se ha informado en este periódico desde hace varios días, problema alguno entre los verdiblancos y el artillero, como tampoco entre clubes, por lo que, con la cautela lógica en verdiblanco, nadie temía por una ruptura del acuerdo tripartito para que Sanabria se convierta en el séptimo fichaje del Betis para la campaña 16/17, tras el que Miguel Torrecilla se tomará una pausa antes de concretar el resto de incorporaciones: un lateral derecho, un central, un mediocentro defensivo, un extremo y otro delantero, si bien, en algunos casos, un solo efectivo podría desempeñar más de una función en la búsqueda pendiente.

Volviendo al guaraní, la idea es que pase inmediatamente por el Hospital Nisa Aljarafe para realizarse las preceptivas pruebas médicas y firme a primera hora de la tarde, con tiempo para desplazarse a Marbella para ir al hotel de concentración, donde conocería tanto a Gustavo Poyet, con el que ha hablado ya por teléfono, como a sus nuevos compañeros. Incluso, podría aguardar allí la oficialidad de su traspaso para ahorrar tiempo, extremo no confirmado al cierre de esta edición.

Sea como fuere, no debe haber ya más trabas que el habitual papeleo para rematar rápidamente una operación que se ha alargado demasiado en el tiempo por cuestiones meramente burocráticas, pues todo estaba cerrado en un fijo de seis millones de euros, más una tercera parte de esa cantidad en variables, con derecho de recompra y un 50% de la plusvalía como condiciones impuestas por el conjunto romano.