Manu Herrera, noveno fichaje del
Betis para la próxima temporada, es consciente de que llega a un equipo en el que
Adán y Dani Giménez serán una "competencia muy dura" en la lucha por la titularidad, aunque admite que "estas oportunidades no se pueden dejar escapar".
De hecho, el cancerbero considera que la llamada que recibió desde
Heliópolis fue algo "increíble", por lo que se siente "muy conctento" y está dispuesto a "devolver esa confianza" a base de trabajo.
Cuestionado sobre lo que puede aportar al equipo,
Herrera destaca que tiene "experiencia, saber estar, tranquilidad y, sobre todo, ilusión". "Aunque ya no lo soy, tengo la ilusión de un niño; eso es algo fundamental en esto, vengo con ella a tope", manifiesta.
En cuanto a los objetivos personales, el meta señala que quiere "ayudar" al
Betis "dentro y fuera del campo", buscando que el vestuario sea "una piña", logrando que "todo el mundo esté contento" y se consigan "los objetivos".
Además, desde que se produjo la llamada de
Torrecilla,
Herrera tenía claro que era "una oportunidad única para volver a Primera división", algo que "en un club como el
Betis es el sueño de cualquier jugador".
Finalmente, admite que la
afición ha jugado también un papel importante en su decisión. "Eso es un plus, saber que tenemos una hinchada tan grande que nos va a respaldar es un extra de motivación; sabemos que nos va a exigir un gran nivel y que estemos a su altura, trabajaremos mucho para conseguirlo", concluye.