En Heliópolis, la fiel infantería verdiblanca sueña con que esta temporada el
Betis por fin pueda dar ese salto de calidad que tanto tiempo llevan esperando. Y para ello, se encomiendan a la ilusionante pareja de ataque que conforman
Rubén Castro y
Tonny Sanabria.
El primero es toda una leyenda. Máximo artillero del club en toda su historia, 'pichichi' heliopolitano en Segunda y referente ofensivo del equipo en las últimas seis temporadas, el de La Isleta busca seguir haciendo historia en La Palmera, esta vez sin la ayuda de su fiel 'escudero',
Jorge Molina, quien hace unos meses puso fin a su etapa en la escuadra de las trece barras.
Como sustituto, la dirección deportiva se ha fijado en un
Sanabria que se ha convertido en el sexto fichaje más caro del
Betis en sus casi 109 años de vida y que busca dejar de ser una ilusionante promesa para convertirse en un futbolista importante, capaz de hacer suspirar por sus servicios a los clubes más grandes de
Europa. Calidad y pólvora le sobran para conseguirlo. Todo es que comience a derrocharla sobre el césped entendiéndose con su socio en la parcela ofensiva.
Algo que ya sucedió el pasado jueves en Faro, donde el guaraní comenzó a rentabilizar con buen juego los 7,5 millones de euros que ha costado su incorporación. Y, para colmo de satisfacciones en el seno del beticismo, confirmando que, como ya dijo en su presentación, es "perfectamente compatible" con
Rubén Castro.
De hecho, el paraguayo oposita firmemente a ser el perfecto 'lugarteniente' del '24', al que asistió en dos de sus tres goles frente al
Sporting de Portugal. El primero, el que significó el momentáneo empate a uno, a los 26 minutos de juego, aprovechando un buen pase en profundidad de
Ceballos al que llegó tras una potente arrancada y que, en cuanto levantó la cabeza y vio al canario en el segundo palo, se convirtió en un centro medido a la cabeza de su compañero, que con un soberbio testarazo en suspensión acabó alojando el balón en la portería.
Cierto es que en el 28',
Rubén no necesitó de su ayuda para dar le vuelta al marcador.
Jonas Martin fue quien le dio el último pase, viendo cómo recibía en el área, quebraba con suma facilidad a un defensa y hacía lo que mejor sabe, marcar.
Aunque, de nuevo, la sociedad que forma el de La Isleta con
Sanabria iba a dar sus frutos en el segundo acto. A los 58 minutos, el '24' supo moverse a la perfección entre los zagueros, recibiendo un pase a la espalda de éstos y cediendo el esférico al guaraní, que intentó devolvérselo de tacón, viendo cómo el balón daba en el portero y regresaba a él, que volvió a intentarlo, esta vez teniendo éxito, para que su compañero, con la izquierda, sentenciase la contienda.
Con todo ello, entre ambos consiguieron mantener invicto al
Betis en esta pretemporada y, lo que es más importante, confirmaron que pueden dar muchas alegrías a la afición en los próximos meses. Sólo falta que continúen conociéndose.
José Julián4 min lectura