Obviamente, Joaquín Sánchez, por los 35 años que le contemplan, no está en el momento álgido de su carrera, como cuando en el Benito Villamarín disfrutaban de su clase, a la que le sumaba una velocidad endiablada. Los años pasan para todo el mundo, y el portuense no es una excepción. Sin embargo, eso no es un impedimento para el canterano.
El extremo verdiblanco, en un acto de inteligencia, se ha ido adaptando a las posibilidades que su físico le ofrece, no escatimando esfuerzos en las ayudas defensivas, ni tampoco carreras en el ataque. Su aguante, como el de todos, tiene un límite; y aunque la gasolina le dure un poco menos que a algunos de sus compañeros, el '17' hizo ayer gala de su pundonor. Cuando se le veía algo cansado, Joaquín tiró de orgullo y siguió intentándolo hasta el final con más de una diagonal y una internada por la banda derecha.